Grasas
'trans' y saturadas se relacionan con el desarrollo de la depresión. La
incidencia del estrés es mayor en el norte de Europa, dónde se consumen
más derivados lácteos ricos en grasas saturadas. Según la OMS, en 2020 la
depresión será la segunda causa de discapacidad.
La ingesta
de grasas 'trans' y saturadas está relacionada con el desarrollo de
depresión. Así lo asegura un estudio llevado a cabo por investigadores
de las universidades de Navarra y Las Palmas de Gran Canaria.
Para llegar
a esta conclusión, durante un periodo de seis años, analizaron a más de
12.000 voluntarios incluidos en el Proyecto SUN. Al principio del
estudio, del que informa Consumer, los voluntarios no tenían signos de
trastorno mental y, al finalizar, un total de 657 lo desarrollaron. Los
autores, según explican en la publicación PLoS ONE, detectaron que las
personas con un alto consumo de grasas trans y saturadas registraban un
48% más de posibilidades de sufrir depresión que quienes hacían un
consumo comedido.
Algunos tipos de grasa son
fuentes de energía y ricas en nutrientes. Los investigadores insisten en
que no todas las grasas son iguales. La del aceite de oliva
(monoinsaturada) y la de los aceites vegetales o el pescado
(polinsaturada) se relacionan con menos posibilidades de sufrir
depresión.
Además, algunos tipos de grasa
son importantes fuentes de energía y ricas en muchos nutrientes. Se
dividen en saturadas, monoinsaturadas, poliinsaturadas y ácidos grasos
trans. Una alimentación adecuada exige saber distinguirlas, conocer cuál
es su función y la cantidad diaria conveniente.
Carne, huevos, lácteos,
bollería...
La grasa
saturada se localiza, sobre todo, en los alimentos que proceden de los
animales (carnes, vísceras, embutidos, piel de pollo, huevos, lácteos
enteros, nata, yema de huevo), en el aceite de coco y palma (utilizados
en elaboraciones industriales), en el chocolate y en pastelería y
bollería. La grasa trans es frecuente en algunas margarinas, papas
fritas y otros aperitivos fritos industriales, así como en pastelería y
bollería industrial.
Quienes comían "fast food"
tenían un 60% más de riesgo de sufrir depresión. De la misma manera, con
este trabajo, los investigadores españoles han confirmado que la
incidencia de estrés es mayor en los países del norte de Europa, donde
se consumen más derivados lácteos ricos en grasas saturadas, como la
mantequilla. En zonas del sur, donde la población tiende a seguir más la
dieta mediterránea, el riesgo de padecerlo disminuye.
Hace dos años, investigadores de
la University College London, publicaron unos resultados similares:
quienes comían de manera regular comida basura o "fast food", con alto
contenido de grasa (comidas preparadas, postres y dulces), tenían un 60%
más de riesgo de sufrir depresión que quienes seguían una dieta
equilibrada con un aporte adecuado de frutas, verduras y pescado.
La depresión va a más
25 millones de europeos sufren depresión
en la Unión Europea, el 5% de la población. De los más de 300.000
millones de euros anuales que se presupuestan en Europa para el
tratamiento de las enfermedades mentales, cerca de la mitad se destinan
al tratamiento de este trastorno y sus efectos. La Organización Mundial
de la Salud prevé que en el año 2020 sea una de las principales causas
de discapacidad en todo el mundo, superada solo por las enfermedades
cardiovasculares.
En la Unión Europea, 25 millones
de europeos sufren depresión. Además, sus consecuencias son múltiples y
variadas. Las personas con trastornos mentales tienen una menor calidad
de vida que el resto de la población y una mayor prevalencia en
problemas de salud, como la hipertensión, la obesidad, la diabetes y
enfermedades respiratorias, sumado a problemas de comportamiento y al
abuso de sustancias tóxicas.
Incluso un gran porcentaje de
ellos desarrolla problemas sexuales ligados a la propia enfermedad o a
los fármacos utilizados en su tratamiento. Entre un 30% y un 70% de los
afectados sufren alteraciones frecuentes, que se dan en todas las fases
sexuales (desorden del deseo, alteraciones en la excitación,
alteraciones del orgasmo o problemas por dolor sexual, entre otros).
Fuente: 20minutos.es
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